"Mamá, oso panda zoo". Esas fueron las palabra textuales de mi hija el domingo nada más levantarse, así que al zoo de Madrid que nos fuimos y se lo pasó en grande!!!!!! (y nosotros también, sobretodo viendo sus caras de felicidad).
Nada más llegar buscamos en el plano los osos pandas y allí estaba él, comiendo bambú con una tranquilidad pasmosa, como si con él no fuera toda la gente que le miraba. Después nos acercamos a ver a las crías que estaban jugando en otra parte y allí ya alucinó en colores, jaja.
La verdad es que no sé quien disfrutó más en el zoo, Alejandra o nosotros viéndola a ella. Yo no podía dejar de pensar en mis sobrinos y lo mucho que les iba a gustar, en cuanto pueda me los llevo. Hoy mi hermana me ha dicho que para el día de castilla la mancha les llevamos y ya estoy contando los días.
Yo siempre he pensado en no dar caprichos tontos a Alejandra, pero como decirla que no si quiere un oso panda de peluche después de verla la cara mientras lo ve, así que salimos del zoo con su oso panda y volvió a casa dormida todo el camino abrazada a él.
Ahora todo el mundo le pregunta que ha visto en el zoo y ella se lo relata con mucha vergüenza, pero lo que más me impresiona es que se acuerda perfectamente y si ve un bisonte en el mapa que nos trajimos a casa te dice muy seria "mamá no vi vacas" y yo me parto de la risa.
La siguiente visita será a faunia, para que vea los pingüinos, aunque la verdad es que el zoo ha dejado el listón muuuuuuuuuuy alto.
jejejeje
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